¿Donde está nuestra cultura popular?

Esta semana me he encontrado tres frases que me han dado que pensar. Todavía nos cuesta entender que la cultura popular (las fiestas del barrio) es algo distinto de los productos más vendidos por la industria cultural (lo que suena en Los 40 Principales). De hecho, pueden ser justamente lo contrario. Por otro lado, no es sencillo delimitar qué es «cultura popular» en 2014, después del intenso proceso histórico de individualización y privatización que se ha dado en nuestro país. Por eso me interesan estas aportaciones: 

«Desde los años ochenta, se han producido en España sucesivos  borrados de memoria para convertirnos en emprendedores, figuras aisladas. No es que todos quisiéramos ser clase media, sino que todos queríamos ser artistas, ser especiales, tener algún tipo de talento creativo y mejor si se ganaba dinero con ello. Esto tiene que ver con ese caos y esa educación que hemos tenido con esas series de televisión americanas de ‘tienes que ser original, todo el mundo es un artista’. Ese mirarse en un espejo que es Estados Unidos y que no nos devuelve la imagen. Pero también es verdad que todos estos seres originales que se han criado en una cultura individual buscan lo comunitario. El 15M fue una explosión brutal de todo eso. Lo que pasa es que también se suele mitificar lo comunitario. Por un lado, lo comunitario es más difícil de lo que parece. En España hemos tenido impulsos comunitarios como la comunidad de los compradores o la de los que nos gusta la misma música. Y ahora parece que miramos con nostalgia esta especie de comunidad suburbana cuando hablamos de aquella época de las tribus urbanas en las que se podía ser auténtico. Por un lado, queremos recuperar una idea de pueblo, pero es una idea que hay que inventarse de nuevo, porque no hay nada que se pueda llamar pueblo en España. Es una cosa que está completamente rota y fragmentada». (Carlos Pardo, escritor, entrevistado en Eldiario.es, octubre de 2014).

«¿Qué llevo yo en la sangre? ¿Qué raíces culturales tengo? Pues como clase media blanca acomodada en una sociedad de consumo…ninguna. Y el 15-M me dio eso, esa visión de que hay un colectivo y está pasando algo fuerte y nuevo que afecta a ese colectivo al que pertenezco y que a mí me configura como persona» (Le Parody, El Confidencial, marzo de 2014).

«Cuando Malcolm X adoptó esa letra para su apellido no estaba luchando en nombre de la recuperación de ciertas raíces africanas primordiales, sino precisamente en nombre de una X, de una nueva identidad desconocida, que había surgido por el mismo proceso de esclavitud que hizo que la raíces africanas se perdieran para siempre». (Slavoj Zizek, Acontecimiento, Sexto Piso, página 52).

15 comentarios en “¿Donde está nuestra cultura popular?

  1. Está muy bien pensar que lo comunitario (o las comunidades) está por construir. También las personas.
    No sé cómo entiendes «cultura popular». Para mí es toda práctica cultural que no está asociada al refinamiento tradicional de lo aristocrático o la alta burguesía. Y, a día de hoy, la mayoría ocurre dentro del mercado.
    Otra cosa es que creamos que lo que suena en Los 40 Principales es una imposición del mercado y que su modelo de gestión cultural no representa lo que la gente es ni cómo le gustaría ser, ni un modelo justo. Pero al menos una parte importante de la población sigue escuchando esas músicas y conviviendo cotidianamente con ese modelo de gestión cultural…
    Me encanta cuándo Le Parody suple las raíces culturales que no encuentra con un fenómeno no cultural, sino político, como el 15-M.

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  2. Hablo de «cultura popular» de forma bastante informal, más que nada para orientarme y hacerme entender. Por supuesto, como dices, casi todo ocurre dentro del mercado. Excepciones son las radios libres, las casa okupadas, el movimiento de la insumisión, las bibliotecas populares o la PAH. Generalmente lo uso para distinguir manifestaciones como el circuito de cintas de gasolinera de los consumos que se daban en CD Drome y Discos Del Sur (que tienen cierto refinamiento aristocrático o de señorito). Algo tan tosco como «lo que viene de abajo versus lo que viene de arriba». A mí también me encanta la frase de Le Parody. Creo que los tres entrecomillados del post son hilos interesantes de los que empezar a tirar….

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  3. Añado otra cita que me encanta y que me parece que va muy al hilo (eso de que las raíces no están atrás ni abajo, sino más bien delante y a medio hacer). Es un trozo de un artículo de Santi Alba Rico (que publicamos en Ladinamo hace años) sobre inmigración y Nazim Hikmet:

    «En el último poema de la colección, el que acaba precisamente con el verso duro oficio el exilio, Hikmet se había lamentado: “ni aún la casa de un hermano podría/ hacer olvidar la propia casa”. Pero Hikmet sabía, como intuía Abulaw, como adivinan los inmigrantes turcos en Alemania y los marroquíes en España y los mexicanos en EEUU y los jóvenes franceses que pusieron a hervir los suburbios de Francia en noviembre pasado –a los que los periódicos siguen llamando “inmigrantes de tercera generación”-, que la propia casa está aún por construir. Nostalgia, ¿de qué? Deseo doloroso de regresar, ¿a dónde? Nazim Hikmet, que se sabía los nombres de las cosas porque tenía compañeros, lo llamó sin vacilar de esta manera: “Socialismo: no la ausencia de yugo/ sino su imposibilidad”

    Texto completo acá http://www.rebelion.org/noticia.php?id=26311

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  4. Yo creo que lo explican muy bien los Dúo Divergente en la canción ‘Chico Jot Down’. La cultura burguesa actual no es alta cultura, por mucho que le quieran dar esa pátina de distinción. Es pop. Un pop pretencioso, venido a más. Un pop que pone excusas gafapastas parajustificar el disfrute de algo tan primario y tan de masas como un partido de fútbol,por ejemplo.

    Chico Jot Down, el temazo septembrero

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  5. No entiendo nada de estos argumentos relacionados con la música. Yo no tengo complejo de culpa por ser quién soy y de dónde vengo. Conozco mis raíces culturales y sé de la contradicción en el sistema. ¿Qué proponéis? ¿Un sistema de kibbutzs dirigidos por Nacho Vegas? Vuestras críticas son muy burguesas, por cierto.

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    • Yo tengo admiración por una Grace que escribe en un fanzine que entre otras cosas ha sido y es un panfleto. He devorado páginas y páginas de dicho fanzine, suficientes para haber aprendido buenas y grandes cosas gracias a él, pero también para constatar en muchas ocasiones una tremenda arrogancia, prepotencia y falta de autocrítica en sus autores, los que ya no escriben allí y los que sí lo hacen. No soy quién para entrar en este cruce de «estrategias», pero una buena es cuestionarse de vez en cuando lo que uno tiene por seguro, a ver qué pasa

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  6. Sólo un apunte etnográfico: en las fiestas de mi pueblo las orquestas tocan hits de los 40 Principales. Y los abueletes, adalides de «la cultura popular», los bailan felices. No pretendo hacer demagogia, es sólo que esas contraposiciones «cultura popular = fiestas del pueblo» vs. «cultura elitista = ?» me parecen demasiado simplistas. Incluso peligrosamente simplistas. Para acabar: el modo en el que te refieres a «la cultura popular» tiene un algo elitista y ajeno. Como si hablaras sobre eso como algo ajeno e incluso exótico.

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    • Muy de acuerdo, el tema es mucho más complejo. El sistema fagocita todo movimiento cultural que surge de las clases pobres, pero las clases pobres no son (somos) ajenas a un sistema sino que somos un producto suyo aunque sea indirectamente. De todas formas yo creo que la cuestión es que no hay alta ni baja cultura, es algo que va más con los gustos que otra cosa.

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  7. Gran debate, pero… no sé muy bien si se puede pensar en cultura popular en singular, ni acaso en manifestaciones culturales populares. Ni si incluso el concepto de pueblo puede ser homogéneo o liberarse de una tendencia casi fascista al patriotismo. El franquismo (y el comienzo de la marca España vía sector servicios) hizo un esfuerzo bastante evidente y triste de domesticación del folclore. Por otra parte la Semana Santa sigue siendo cultura popular… O cómo en nuestro país la cultura de masas sustituye a la cultura popular. Vamos, que es un debate complejo y nada inocente, más «proyectivo» que descriptivo. Un abrazo

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