Nega, Kiko Amat y la solidaridad interclasista

Hace unos días, el periodista y escritor Kiko Amat escribía una dura crítica de Indies, hipsters y gafapastas: crónica de una dominación cultural. Su texto coincidía básicamente con la reseña de Rockdelux sobre el panfleto, con la crítica del suplemento cultural Babelia y con los exabruptos en Twitter de Gabi Ruiz, director del Primavera Sound (amén de con otras webs indies y revistas artys). Hasta ahora no he contestado ninguna crítica, a pesar de la caricaturización y las medias verdades que contenían. A lo que no me resisto es a «cortar y pegar» este post de Facebook de Nega, del grupo hip hop Los Chikos del Maíz, comentando los argumentos de Amat. No por defender mi texto, que también, sino por insistir en el concepto de «solidaridad interclasista», tan necesario estos días.

Os dejo con el post:

«Leo una crítica (creo que injusta) al libro de Víctor Lenore Indies, hipsters y gafapastas y me recuerda mucho a las críticas que recibió Owen Jones por su libro Chavs, la demonización de la clase obrera: el tono paternalista de quién proviene de la clase media y que tiende a glorificar o mitificar a la choni como quintaesencia de la semilla revolucionaria. Es la crítica de la crítica, un fenómeno muy dado en la izquierda y que tiene que ver más con envidias insanas y egos que con presupuestos teóricos (este cabrón saca el libro del año y genera debate y polémica y yo no). Mi opinión al respecto la dejé clarita en la entrevista con Pablo Iglesias Turrión: la clase obrera es una contradicción permanente, un campo en disputa. Con todo esto, comparto con ustedes una pequeña reflexión que considero pertinente:

Parece que es imposible defender a la clase obrera. Si lo hace alguien de clase media en seguida le cae la etiqueta de paternalista, si lo hace uno de clase alta ni te cuento (no está en absoluto legitimado para ello) y si lo hace un hijo de la clase obrera es que claro, es de clase obrera y su visión está condicionada, generando eso que tanto odian los intelectuales (vengan de la clase alta, media o baja): un panfleto. En conclusión: la clase obrera que se joda. Pues que os jodan a vosotros. En realidad esta circunstancia, la imposibilidad de defender a la clase obrera desde una posición coherente, es (al margen de una consecuencia de eso que algunos llaman postmodernidad) la traducción al ámbito intelectualoide-indie-progre del pensamiento cuñado por excelencia: «si tú estuvieras ahí también meterías la mano en la caja», «todos los políticos son iguales», «la culpa es de los coches oficiales», etc. Responde a la misma lógica. Razonamiento cuñado que a su vez es la traducción al lenguaje coloquial de los presupuestos teóricos liberales clásicos y que, sin lugar a dudas, legitiman el status quo existente.

Los que tachan a Jones o a Lenore de «paternalistas» de alguna manera pretenden justificar su inoperancia, pretenden limpiar su conciencia dado que, ni movieron un puto dedo ni escribieron media línea por una clase a la que no pertenecen, en el fondo se sienten culpables. Y les jode que alguien de su clase lo haga, además con éxito. Estarían comentando el último disco de Bonobo o preparando una tesis sobre el postmarxismo en la postmodernidad postpunk. Tan viejo como la política conservadora: si eres de izquierdas y rico es porque es muy fácil ser de izquierdas desde una posición acomodada; si es eres de izquierdas y pobre, lo eres porque no tienes nada que perder. En definitiva, follarse la solidaridad interclasista, elemento fundamental en toda revolución o transformación social. Insisto: que os jodan a vosotros.»

10 comentarios en “Nega, Kiko Amat y la solidaridad interclasista

  1. «Reificando» el concepto de clase obrera a través de cuatro estereotipos se entiende la gente. La entrevista o publirreportaje de la Tuerka al Nega no pudo ser más patética. Con ese Iglesias hablando de la clase obrera como un mundo hostil (el que denuncia Chavs, precisamente) y con un Nega dándole la razón a través de cuatro brochazos gordos sobre la obra y con cierta condescendencia (como la que denunciaba Owen). En fin, viniendo de un barrio obrero se pueden decir las mismas chorradas que viniendo de uno residencial, pero tienen más delito todavía.

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  2. Pingback: Comentario al comentario sobre nuestro comentario (sobre Hipsters, etc.) | Bendito Atraso

  3. No pretendo hacer de abogado del diablo, pero a mí leer el libro me creó sentimientos encontrados, en parte por los motivos que tanto David Morán como Kiko Amat señalan. Es decir, por un lado aprecio ese intento de aplicar los presupuestos de Pierre Bourdieu en «La Distinción» (a saber, que desde que existen jerarquías sociales la élites han utilizado la «alta cultura» para distinguirse de las clases inferiores y legitimar así su estatus) a la música pop de los últimos treinta años, ya que este es un género (o campo como diría Bourdieu) muy amplio y heterogéneo y que trasciende la antigua categoría música culta /música popular. Pero por otro, me parece que se lleva a cabo de manera muy superficial, al prescindir del aporte de datos empíricos del sociólogo francés y basar su tesis en la mera experiencia individual del autor. En mi humilde opinión, el antielitismo no tiene por qué estar reñido con el rigor y no creo que sea muy riguroso basar juicios del tipo «la comunidad indie/hipster/gafapasta es racista» en el mero hecho de tener un amigo hipster que llama «panchitos» a los inmigrantes latinoamericanos. Esto, me temo que solo sirve para enconar el debate y fomentar reseñas tan torticeras como la de Babelia.

    Dicho esto, como aficionado a la música indie (o a parte de ella), reconozco el esnobismo que en el libro se le critica y espero que el revuelo surgido a través de él contribuya a su cuestionamiento y a promover formas más inclusivas de disfrutar de la música (ya sea cumbia, indie rock, reaggaeton, americana, rock kalimotxero o electrónica, hip-hop o el estilo que sea).

    Un saludo y feliz año.

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  4. Yo pensaba que los que hacían ensayos sobre postmarxismos era casi toda la plana mayor de Podemos -como viejos autonomos negristas renaciados a la socialdemocracia- con la que Nega tan buenas migas hace pese que va de marxista-leninista por la vida. Por no decir que su conocimiento del indie rock es muy tangencial.

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  5. Kiko Amat, espero que respondas al mensaje que te mandé (dos veces) sobre lo etnocéntrico, vulgar y gris de tu gusto musical, el por qué es más importante escuchar pop, rock, soul y jazz que música tradicional kazaja, piphat o luk thung. Parece que a ciertos periodistas musicales os da miedo lo que sale de la música popular occidental más allá de esos géneros que el canon occidental ha asumido y que al mismo tiempo están totalmente influídos por música popular occidental como por ejemplo el Afrobeat. Es un tema donde los periodistas musicales populistas no queréis entrar, supongo que más que nada por ignorancia. Kiko, siempre te has manifestado políticamente de izquierda, incluso de extrema izquierda me atrevería a decir, pero en lo musical te muestras extremadamente reaccionario (además de facilón) no veo ninguna reflexión en cuanto a la música que escuchas y la influncia que la industria y el comercio han tenido en ello.

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  6. Hola Víctor.
    Qué piensas de un artista tan injustamente denostado y poco reconocido por la crítica como Azuquita?
    Su intrépida mezcla de bakalao y rumba popular debería ser rescatada y revalorizada como se merece, verdad?

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    • Nego,

      No lo niegues, si lo escuchas en un recopilatorio de Honest John dices que es la P-O-Y-A.

      Dicho esto, seguramente es bastante mejor que la empanada de Wisconsin que estás oyendo en este preciso momento.

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  7. Estoy de acuerdo con cosas que se dicen aquí y con otras cosas no, y con el libro me pasa lo mismo, pero lo bueno de todo esto es el debate que ha generado y sigue generando y las ampollas que ha levantado y sigue levantando.

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