«La música que escuchan los putos sudacas en la cárcel»

El blog de Oche Zamora ha publicado un post muy chulo a próposito de Indies, hipsters y gafapastas. Crónica de una dominación cultural. Cortamos y pegamos un fragmento:

«Cuando estaba estudiando la carrera en Sevilla trabajaba de camarero, cómo no, en un bar de La Alameda de Hércules al que iban muchos poperos. Poperos, así es como se les llamaba antes a los indies. Ahora son hipster. Básicamente, yo era un perroflauta (de eso me enteré después) que venía del hip hop, o un hiphopero con toques perroflautistas, sacudido en ese momento por el brutal sortilegio de esa alienación de la música popular latina que fue la salsa de los años setenta y ochenta, y fascinado por las distintas derivaciones del tropicalismo brasileño. Sigue leyendo

Nacho Vegas: «El indie fue tan vacuo por su esteticismo»

Una de las razones por las que me alegro de haber escrito el libro son las veinte páginas de presentación que firma Nacho Vegas. Allí recuerda, con su estilo visceral y empático, algunos de los problemas del indie estatal. Mi parte favorita este párrafo tan claro y pegado a la realidad: «Una anécdota significativa ocurrió una tarde después de ensayar con el grupo en el que comencé tocando la guitarra, Eliminator Jr. En aquel momento yo estaba empezando a interesarme en la lucha por la oficialidad del asturiano, que conectaba con las reivindicaciones de algunos grupos de izquierda. Se me ocurrió mencionar el tema y en el acto dos de mis compañeros me interrumpieron al grito de “¡Panfleto, panfleto!” Fue una broma que se repetiría alguna que otra vez, en cuanto alguien osaba mencionar la política en una conversación. Sigue leyendo

Sentirse gilipollas en el Primavera Sound

«La escena independiente es de suyo pija: está en las antípodas de la red de gaztetxes (centros sociales okupados) en la que me formé. En el underground tenemos nuestros polos, nuestro cinismo y nuestras drogas, que son una querencia pequeñoburguesa. Recuerdo haberme sentido un poco gilipollas en el Primavera Sound 2011, yendo a tocar al Fórum con mi sensación de triunfo y mi resaca, mientras desalojaban a los indignados de la Plaza Catalunya. Festivales como el Primavera Sound son el doble complementario de la existencia virtual de las masas en los foros sociales de Internet. Cuando estas masas se reúnen, no hacen más que comprobar experimentalmente que están constituidos como grupo virtual, que no pueden encontrarse más que en la red, que todo encuentro actual es, hasta cierto punto, un acto fallido, por lo que regresarán resacosos y renovados a la red. El espectador actual acude a los conciertos a recrear en directo su experiencia íntima y virtual de la canción» (Gari Gamarra, del grupo Ornamento y Delito, Rockdelux, número de julio-agosto de 2014).